En 1995, Thomas GARCIA buscaba un mercado innovador y se lanzó en la fabricación y comercialización de broches de identificación con un imán muy potente como sistema de fijación que nadie vendía. Estos productos estaban destinados a entidades cuyo personal recibía al público y debía ser identificado (hoteles, restaurantes, concesionarios de automóviles, farmacias, etc.) – Esta actividad se detuvo después del Covid a principios de 2021.
En 2007, Thomas, un inventor de corazón, buscaba una nueva idea. Al encontrar un artículo alemán que destacaba la gran cantidad de accidentes laborales relacionados con el manejo de las tapas de alcantarilla, tuvo la idea:
“¡Voy a inventar una herramienta magnética para evitar estos accidentes!”.
Después de muchos prototipos, en 2012 logro una herramienta acabada: el LIFTPLAQ y su imán súper potente.